Necesitamos:
- Restos del
cocido, pollo, ternera, etc.
- 2 lonchas de
jamón serrano muy picado y sin grasa
- 1 cebolla
tierna
- 6 cucharadas
harina
- Aprox. ¾
litro de leche y caldo (del cocido que hemos hecho) entre los dos
- Aceite y
mantequilla
- Pizca de sal,
mostaza pimienta
Por un lado
troceamos finamente los restos de carne del cocido, los mezclamos con el jamón
troceado y los reservamos.
Por otro
lado: en una sartén ponemos mantequilla y aceite, se supone que la cantidad de
grasa es la misma que de harina que empleemos.
Pelamos y
picamos la cebolla, le añadimos seis cucharadas de harina y cocemos ligeramente
en la sartén con la grasa, le añadimos pimienta, nuez moscada y sal. Posteriormente
se le añaden los troceados del cocido, el caldo y la leche poco a poco y sin
dejar de remover hasta que eche burbujas y cocemos a fuego lento un rato, para
asegurarnos que la harina se cuece y pierda su sabor. En un
recipiente le añadimos la masa de las croquetas, la tapamos con papel film pegado
a la masa para que no se oxide y se reserva en la nevera, una vez fría, hasta
el día siguiente.
Al día
siguiente:
Ponemos la
masa en una manga pastelera y hacemos un churro en una tabla de cocina
enharinada para que no se pegue y lo troceamos en trozos del tamaño que
queramos que sean nuestras croquetas. Ponemos un
plato hondo con huevo batido, otro con pan rallado y otro para dejar las
croquetas hechas. Le damos
forma a la masa enharinada, las vamos echando al huevo, al pan rallado y las
vamos reservando.
Para
finalizarlas las vamos friendo en aceite muy caliente, de tres en tres o de
cuatro en cuatro, dándoles vueltas y se escurren en un plato con papel de
cocina para quitarles el exceso de grasa.
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